martes, 27 de octubre de 2009

LA RESURRECCIÓN DEL IMPERIO MACACUNO


Fue aparentemente el mariscal Francisco Solano López, presidente de Paraguay, quien acuñó el término macacos (“monos” en portugués) para aludir al emperador brasileño Pedro II y sus súbditos durante la Guerra de la Triple Alianza. De tan poco halagüeño apodo derivó el adjetivo “macacuno”, que los periódicos de campaña guaraníes Cabichuí y El Centinela aplicaron mayormente a aquel imperio de opereta donde una aristocracia advenediza era mantenida por el esfuerzo de dos millones de esclavos y que recién desaparecería en 1889, al año siguiente de la abolición de la esclavitud.
De un tiempo a esta parte han comenzado a surgir indicios de lo que podría ser interpretado como un intento de Luiz Inácio da Silva (ex-gremialista metalúrgico hoy embutido en trajes Armani) de revivir el extinto imperio. Todo comenzó en 2007 con el hallazgo de ingentes yacimientos petrolíferos situados frente a la costa brasileña, cuya explotación aparentemente convertiría a Brasil en un exportador mundial de petróleo. Tal noticia, indudablemente de enorme importancia y digna de ser celebrada, ha sido sin embargo el catalizador para una serie de llamativas medidas políticas que sugieren una campaña de marketing a fin de instalar el slogan “Brasil potencia”, con el petróleo y la soja jugando hoy el rol estratégico que tuvieran el caucho y el café durante el reinado de Pedro II. Huelga decir que nada más lógico y legítimo que la satisfacción por los logros nacionales: pero uno no puede dejar de señalar que, mientras que un país como Chile ha logrado en las últimas décadas un notable crecimiento económico sin necesidad de anunciarlo con bombos y platillos, por el contrario la actual campaña del gobierno brasileño despide un penetrante tufillo a soberbia neoimperial.

La primera de las medidas mencionadas fue la serie de acuerdos armamentísticos firmados entre los gobiernos brasileño y francés. Dichos contratos alcanzan la exorbitante cifra de 12.000 millones de dólares y establecen la adquisición por parte de Brasil de cinco submarinos (uno de ellos de propulsión nuclear) y medio centenar de helicópteros, a lo cual posiblemente se sumará la compra de 36 cazas Dassault Rafale. La justificación de tal escalada es oficialmente la defensa de las riquezas naturales de Brasil, pero innegablemente tal medida afecta gravemente el equilibrio militar del Cono Sur: a pesar de ello, y fiel a su política errática, el actual gobierno argentino (que protestara ante Inglaterra por el mero reemplazo de los cuatro aviones Tornado desplegados en las Malvinas por otros tantos Eurofigter Typhoon) ha asistido a tal intimidante anuncio sin atinar siquiera a chistar…
Las exitosas postulaciones de Brasil para el Campeonato Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 no son ajenas al fenómeno de marketing que hemos mencionado. Nada en contra del deporte, pero sería ingenuo pasar por alto el elevado valor propagandístico de tales eventos, lo cual les ha atraído el interés de distintos regímenes autoritarios a lo largo de la historia: citemos solamente los Mundiales en Italia (1934 y 1938) y Argentina (1978), así como los Juegos Olímpicos de Berlín (1936), Moscú (1980) y Pekín (2008). En ese sentido, parece evidente que la doble postulación 2014-2016 de Brasil va mas allá de lo meramente deportivo y constituye innegablemente un sonoro golpe propagandístico.

Otra polémica medida política ha sido la decisión de alojar en la embajada brasileña de Tegucigalpa al ex-presidente Manuel Zelaya, un personaje cuando menos tan controvertido como Roberto Micheletti, su sucesor de facto. Obviamente toda ruptura de la continuidad democrática es injustificable, más allá del atropello anticonstitucional tentado por Zelaya: pero hay que señalar que el asilo político otorgado por la sede diplomática brasileña es atípico, pues el huésped en cuestión no se hallaba en Honduras -donde su vida podría haber peligrado- sino en el exterior, abandonando así dicha seguridad para montar (escoltado por un cortejo de 40 personas) en el "santuario" de una embajada extranjera una base de operaciones políticas (convocando por ejemplo a manifestaciones en su apoyo). Tal llamativa maniobra obviamente sólo ha podido tener lugar con la aprobación del gobierno de Brasilia y sugiere un oportunista intento del Sr. Silva de forzar una solución de la crisis en Honduras y cosechar así un éxito diplomático. Otra de las cuestionables medidas de la diplomacia pragmáticamente amoral de Itamaraty fue la recepción brindada por Silva al político israelí Avigdor Lieberman, dispensándole así a tal demagogo racista una reverencia que le fuera negada incluso por Merkel y Sarkozy…
Finalmente mencionemos la persistente pretensión de Brasil de obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Parece necesario recalcar cuán inmoral es la supervivencia de dicho favoritismo: por un lado se declara que la ONU es una entidad donde rige la igualdad entre todas las naciones del planeta, pero al mismo tiempo cinco países gozan de una desvergonzada preeminencia gracias a su condición de vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Resulta evidente que la corrección de semejante injusticia no pasa por la mera ampliación del número de miembros permanentes del Consejo de Seguridad (tal como lo pretenden, en interés propio, países como Alemania, Japón, India y Brasil) sino estrictamente por la abolición de la arbitrariedad que implica tal privilegio. Los defensores del sistema actual argumentan que no se puede otorgar la misma importancia a países de poderío tan disímil como Estados Unidos y Haití: uno sólo puede replicar que, en ese caso, no hemos avanzado mucho desde los días del imperio romano y que en consecuencia la ONU constituye una mera farsa que sólo merece ser suprimida…

Resulta paradójico constatar que esta campaña propagandística se desarrolla mientras que el gobierno brasileño continúa evidenciando graves asignaturas pendientes en lo social. Las tasas de mortalidad infantil y analfabetismo siguen siendo preocupantemente elevadas (esta última alcanza casi el 10%), el producto bruto per cápita de Brasil es un tercio inferior al de Argentina (en materia de desigualdad de ingresos, Brasil tiene el dudoso honor de ocupar el 7° lugar mundial, sólo superado por Namibia, Bolivia, las Comoras, Colombia, Haití y Panamá), el publicitado programa “Fome Zero” no ha logrado cumplir todos sus objetivos (salvo que se considere como uno de ellos el hecho de que el 40% de la población adulta padece de obesidad) y la delincuencia en las grandes ciudades muestra rasgos alarmantes: aún persiste en la memoria la terrorífica ola de violencia que entre mayo y agosto de 2006 sacudió São Paulo, protagonizada por bandas criminales (mayormente contra edificios públicos, estaciones de policía, unidades de transporte urbano, bancos y gasolineras) y que se saldó con casi 200 muertos, a lo cual se han sumado recientemente las decenas de víctimas de enfrentamientos entre narcotraficantes en las favelas de Río de Janeiro.
En resumen: ni la innegable fortaleza de Brasil es un logro súbito y exclusivo del Sr. Silva (ya en 1822, al independizarse de Portugal, Brasil gozaba de una envidiable estabilidad política y económica, y la declaración de guerra al Eje en 1942 cediendo a la presión de EE.UU. aseguró a Brasil un trato preferencial por parte de dicha potencia mientras que Argentina sería sancionada por mantenerse neutral prácticamente hasta el final del conflicto) ni tampoco el hallazgo de yacimientos situados a miles de metros de profundidad basta para solucionar instantáneamente todos los problemas de un país. A pesar de ello, el frenético marketing actual logra opacar la faz amable de Brasil -su paisaje, su gente, su música- a favor de otra, desfasada y ominosa: a ciento veinte años de su desaparición, el espíritu del “imperio macacuno” parece revolotear nuevamente sobre Brasil…

lunes, 26 de octubre de 2009

GALTIERI SE REENCARNA EN ATÚN PARA ENVENENAR ARTISTA CORDOBÉS

CÓRDOBA (Télam).- Un artista local (calificado indistintamente como actor, ex director de un museo de pintura e incluso músico) fue víctima de un insólito atentado protagonizado por el fallecido dictador Leopoldo Fortunato Galtieri. En el curso de las diecisiete entrevistas que concedió a este prestigioso matutino desinteresadamente y a pedido propio, Gonzalo Piffiarella (tal el nombre del damnificado) efectuó un estremecedor relato de su increíble experiencia.
La relación entre ambos sujetos era de antigua data. El artista cordobés estaba al tanto del tenebroso pasado de Galtieri, mientras que ex presidente de facto había oído algunas de las composiciones de Piffiarella: tal como lo sintetizó el locutor santafecino Marcos Mundstock, “ambos estaban indignadísimos”.
Al fallecer hace algunos años Galtieri, el artista creyó hallarse definitivamente a salvo de su rival, ignorando que poco antes de morir éste se había convertido al hinduísmo y consecuentemente reencarnado en forma de atún.


Galtieri antes y después de su sorprendente metamorfosis

Así, durante una de sus habituales excursiones de pesca a la laguna Mar Chiquita, considerable fue la sorpresa de Piffiarella al descubrir atrapado en su medio mundo un atún de 9 kg. Pasando incautamente por alto que tal especie ictícola es más bien inusual en los cursos de agua de la provincia de Córdoba, Piffiarella se dispuso a degustar su captura.


Piffiarella sonríe ufano junto con el atún, ignorando aún el terrible destino que le espera

Aunque Piffiarella declararía no haber prácticamente probado bocado (“yo sólo comí un trocito”, diría compungido), evidencia circunstancial sugiere que el pescado fue engullido íntegramente, incluyendo espinazo y aletas. Poco después Piffiarella fue asaltado por una urgente e irrefrenable necesidad de dirigirse a la habitación más pequeña de su casa: el maquiavélico plan de Galtieri había dado resultado.


Utensilio doméstico que alivió considerablemente a Piffiarella tras el atentado: obsérvese el simpático motivo que lo adorna

Si bien la víctima logró a duras penas sobrevivir a tan traumática experiencia, persiste el temor que Galtieri se reencarne nuevamente a fin de atentar contra la vida de Piffiarella. Se solicita a la ciudadanía que, en caso de descubrir una especie animal sospechosa (incluso gliptodontes y ornitorrincos), no dude en dar aviso a la policía a fin de salvaguardar la integridad física de uno de los más excelsos artistas de La Docta.